Esta antigua imagen de la Mártir Eulalia, dibujada en la portada de la Historia de Mérida de Bernabé Moreno de Vargas en 1633, contiene una excepcional particularidad, que de momento no desvelaremos; eso sí diremos que la filacteria o leyenda, traducida al español dice "la Divina Eulalia tutela a su ciudad", es una antigua reminiscencia del protectorado que los mártires ejercían, según los primitivos cristianos, sobre las ciudades en que habían muerto y sobre los territorios que de ella dependían.
A partir de esta interralación (mártir/territorio/Mérida capital de las Hispanias" la Mártir Eulalia va a ser considerada Patrona/Confudadora de las Hispanias visigóticas una vez que el Imperio Romano deja paso a la creación del estado Visigótico.
Por esta razón al asentar definitivamente Leovigildo su corte en Toledo, que carecía de mártires, pretendió llevarse como reliquia suficiente la "camisa" de nuestra mártir ante la imposibilidad de llevarse sus restos óseos.
Pero como quiera el obispo san Masona se opusiese a este traslado, una vez convertidos al catolicismo los reyes visigodos, se inventaron en Toledo a una mártir "a lo Eulalia", que en sueños sufrió sus martirios, y adoptaron como natural de la ciudad a un mártir real, San Tirso, pero nacido en Oriente, pero que nunca estuvo en Toledo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario